Corriente Alterna

viernes, diciembre 28, 2007

El regreso a casa de Sigur Rós

Muchachos, se nos fue el año y con ello lo bueno, lo malo y lo feo de aquél. En la materia que nos ocupa en este blog, uno de los últimos hechos buenos y destacables para mí fue la realización del 4to Festival de Documentales Musicales “In-Edit” entre el 12 y el 16 de diciembre pasados, acá en Santiago de Chile. Este evento, que corresponde a la internacionalización de la versión original que se realiza cada año en Barcelona, España, en esta oportunidad presentó un notable crecimiento sorprendiendo gratamente por las salas de cine dispuestas, la producción y nivel de auspiciadores, y por sobre todo lo más importante: la cantidad y calidad de documentales en exhibición, donde destacan películas sobre Sonic Youth, Joe Strummer, Luca Prodan, Gepe y Javiera Mena, Los Prisioneros, Exsimio, y una serie de otras basadas en temáticas que agrupan a varias bandas como “Sincopado” (Jazz en Chile), “Canciones de Libertad”, “Ruidos Molestos” (rock underground chileno), “Cuba Mía” (retrato de una orquesta de mujeres de Cuba), entre otros tantos.

Dentro del contexto de este festival, vi un film maravilloso sobre uno de los conjuntos islandeses más brillantes del último tiempo: Sigur Rós. El documental en cuestión, titulado “Heima” (“hogar”), del año 2007 y dirigido por el francés Dean DeBlois, nos muestra la gira que esta banda, acompañados además por sus amigas del cuarteto de cuerdas Amiina, realizó en su país natal en distintas localidades asombrosas tanto por su belleza natural (¡vaya que es hermoso Islandia!) como por la historia y costumbres de la gente que las habita. La hazaña de esta gira no sólo se justifica por recorrer estos sitios, sino por el valioso gesto que Sigur Rós hace con su gente al querer regalarles su música (sí, de forma totalmente gratuita) yendo a recónditos pueblos y parajes naturales donde en contadísimas ocasiones (en algunos casos, nunca) ha pisado suelo alguna banda de rock y ofrecido un concierto. Se aprecia claramente que el obsequio fue muy bien recibido en cada uno de estos lugares poco acostumbrados a este tipo de eventos, con una alta convocatoria de gente que en la mayoría de los casos se enteraba de boca en boca y que se notaba gustosa y totalmente abierta a percibir los a veces delicados y otras estruendosos sonidos que emanaban de cada uno de los instrumentos tradicionales y no-tradicionales que estos ocho músicos (Sigur Rós más Amiina) tocaban “flotando en el aire”, como el propio vocalista Jón Þór Birgisson (alias “Jónsi”) describe aludiendo al estado de trance en el cual se sumergían en cada tocata.


El documental, que comienza en una localidad que no recuerdo (creo que en Öxnadalur; favor corríjanme si me equivoco) y finaliza en la capital Reykiavik, gira completamente en torno a este país del nororeste de Europa, y muestra la forma de vida apacible y armónica de sus poco más de 300 mil habitantes. En cierta manera, este film podría decirse que es un documental sobre Islandia y no tan solo sobre Sigur Rós; sin embargo, hablar de Sigur Rós es al mismo tiempo hablar sobre Islandia, pues su música se sumerge en sus desiertos, montañas y glaciares, y en el estilo de vida que estoicamente ha sobrevivido en este territorio único en el mundo. Por algo los integrantes de la banda se sienten en casa, con la tranquilidad que sólo el refugio hogareño puede dar, siendo acompañados desde cerca por los familiares y amigos de barrio en varias oportunidades.

Musicalmente, el documental es espléndido, donde el post-rock desarrollado por estos músicos se alimenta tanto de indie-rock, jazz, música docta, folk y el Rimur, una forma que tienen los poetas de poner música tradicional a los poemas medievales islandeses. De lo totalmente enchufado a lo acústico pasan con una total fluidez, siempre con esa postura intimista que ofrecen sus introvertidos integrantes. Cada cuerda pulsada, cada toque de piedra volcánica, cada canturreo e incluso cada momento de silencio suenan para conformar un todo lleno de ensoñaciones gélidas y profundas que penetran permanentemente en nuestro sistema límbico provocándonos con frecuencia sentimientos de pena, apacibilidad y afecto…¿hacia qué o quiénes?, no se muy bien, probablemente hacia los integrantes, el pueblo islandés, la naturaleza o nosotros mismos; una mezcla de sentimientos que no son fáciles de concebir juntas y que en este caso se potencia aún más con la sincronización de las imágenes del documental. Así, la enorme calidad interpretativa de este octeto queda de manifiesto de punta a cabo, y no es para menos cuando todas sus presentaciones son en directo.


Desde el punto de vista de las imágenes mostradas, este documental me recuerda a ratos el clásico “Live at Pompeii” de Pink Floyd; sin embargo, la intención de ellas y su contexto son absolutamente distintas, por lo que no se justifica una comparación aparte de este dato anecdótico. Los primeros planos, los paneos, los tilt up/down, travelling y todos los movimientos de cámara imaginables más sus composiciones y las habilidades de edición en un formato de 16:9 nos ofrecen una obra genial con la que nadie sale indiferente.

En suma, una pieza documental absolutamente recomendable y que, por sí sola, hace valer cualquier festival de cine, tal como lo hizo con el “In-Edit”.



Lo que les dejo son 3 videos: el trailer de esta película; el tema que le da el título, compuesto para el film; y el tema “Olsen Olsen” tocado en Öxnadalur (ésta sí).


'Heima' Film Trailer




Heima
(Sigur Rós)




Olsen Olsen
(Sigur Rós)





Como dato adicional, les cuento que a raíz de esta gira también salió el disco doble en vivo "Heima" (2007). Deben escucharlo.

Links recomendados:
Sigur Rós en Wikipedia
Festival In-Edit en Chile


¡Que tengan un muy buen año 2008 lleno de música!

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